¿Cómo hacer una instalación eléctrica en una casa?

Llevar a cabo una instalación eléctrica en toda una casa es una tarea más que compleja y dificultosa, por lo que deberá afrontarse con paciencia, con cautela y con pericia. Lo primero es rodearse de las máximas protecciones y precauciones posibles, pues no se trata de ningún tipo de juego, sino de algo serio. Por tanto, para garantizar la seguridad de los implicados en la instalación, será necesario pasar a cortar por completo el suministro eléctrico, de manera que podrá desconectarse el interruptor general.

En esta misma línea de asegurar la protección, también será importante tener muy en mente que hay que maniobrar con el máximo respeto hacia la normativa que se encuentre vigente en el Reglamento Electrotécnico para Baja Presión, el también conocido como RBT. Si no se conoce muy bien el marco en el que se ha de operar, lo más conveniente será preguntar a un instalador con autorización. Trabajar en todos los casos con herramientas fiables y resistentes y con productos con homologación hará más fácil y seguro el trabajo.

Ahora bien, para entrar en materia y ponerse manos a la obra en la instalación eléctrica de una vivienda, lo mejor es ceñirse al guion de un proceso ordenado y riguroso. No estaría mal empezar haciendo un esquema de toda la instalación; en un croquis o boceto de la vivienda pueden irse indicando todos los departamentos y las estancias que van a beneficiarse del paso de la luz y de la corriente, así como todos los enchufes, los interruptores y los puntos de luz.

Dentro de este mapa visual, el cual servirá como orientación, pueden irse uniendo en un mismo color de rotulador los puntos comunes y los diferentes circuitos. Por ejemplo, pueden pintarse de un mismo tono todos los enchufes de una determinada resistencia en amperios. Y es que es muy importante tener claro desde un principio por dónde va a ir cada circuito y cómo se va a comportar en el futuro; así, pueden dibujarse circuitos para la cocina y el horno, para los puntos de iluminación, para los enchufes generales y el frigorífico, para las lavadoras y lavavajillas, para los baños y enchufes auxiliares de cocina y aseos, etc.

Habrá que prestar una atención especial al cuadro de mando y protección de la instalación eléctrica, ya que allí se situarán los elementos encargados de proteger todo el circuito eléctrico de la casa. Por eso, habrá que centrarse en mimar el interruptor general automático (se ocupa de prevenir cortocircuitos), el interruptor diferencial (ofrece una gran protección ante la amenaza de un escape de corriente) y los pequeños interruptores automáticos (los PIAs protegen la instalación de las sobrecargas y cortocircuitos de distintos elementos de la vivienda).

De la correcta colocación de los PIAs dependerán la iluminación, las tomas de corriente de uso general, las instalaciones del aire acondicionado y la calefacción eléctrica, las tomas de corriente de los cuartos de baño y la cocina, el funcionamiento futurible de la vitro y el horno, la conexión de la lavadora y el lavaplatos, la conexión con la caldera o el termo, etc.

También habrá que esmerarse en el trazado de los cables eléctricos, algo que puede llevarse a cabo de manera superficial o empotrándolos, algo que aportará más ventajas, pero que precisa de faenas de albañilería y de más horas de trabajo. Sea como sea, no estará mal que los tubos empotrados en las paredes queden en recorrido horizontales a menos de cincuenta centímetros del techo y el suelo; por su parte, los tubos verticales no han de separarse más de veinte centímetros de los ángulos de las esquinas.

Será fácil distinguir los distintos cables gracias al color de cada uno: el verde y amarillo es conductor de tierra; el marrón o grisáceo, conductor de fase; el azul, conductor neutro. No debemos olvidarnos de que las tomas de corriente tienen que conectarse sí o sí al conductor de tierra, al de fase y al neutro. El siguiente paso será colocar de una vez los interruptores y los enchufes en los lugares que teníamos planificados ya en el croquis. Será conveniente instalar los enchufes a más de veinte centímetros del suelo y los interruptores a un metro sobre el nivel del suelo; no obstante, esto dependerá de las características de cada habitación o habitáculo.

La distribución de mecanismos también deberá tener en cuenta, pues es vital colocar los interruptores en dos zonas de cada cuarto, de modo que se pueda apagar y encender de manera cómoda; la distribución de los enchufes deberá tratarse con detenimiento, dando a los salones más amplios la posibilidad de albergar un mayor número de enchufes que las habitaciones. Asegurarnos de que los baños cumplen con las normas de seguridad será uno de los últimos pasos, velando siempre por respetar tanto el volumen de prohibición como el volumen de protección.